Ambrosio Carmenta, «El Pellejero»
Dos años habían pasado desde el espontáneo levantamiento del pueblo de Madrid contra el invasor francés el 2 de mayo de 1808, cuando aquel, molesto y harto por los abusos de las tropas francesas, decide tomar las armas. Ambrosio Carmena, natural de Argés, se unió a la insurrección extendida por toda España con el ánimo de vengar a su mujer y a su patria.
Esta decisión viene dada porque en julio de 1810, los soldados franceses entraron en el pueblo de Argés, avasallando y saqueando las casas. Entre ellas, la de Ambrosio Carmena, que se había casado con Gregoria hacía poco tiempo y que se encontraba sola en aquellos momentos.
Ambrosio era de profesión tundidor de pellicas, según lo indicaba el apodo con que vulgarmente se le conocía: “el pellejero” y un hombre honrado que pasó a la historia como guerrillero español que luchó valientemente contra las tropas de Napoleón.
Aquella noche de verano, Ambrosio, de regreso a su hogar, escuchando los cantos de los soldados franceses en su propia cocina y hallando a su esposa desmayada supo, o más bien adivinó, a tragedia ocurrida. En ese momento, apoderándose de una afilada cuchilla, dio muerte a todos los franceses que se encontraban usurpando su casa.
Una vez reanimada su mujer, tomándola de la mano, se encaminaron a la casa del hermano de Gregoria y le dijo: “Mi honra y tu hermana ya están vengadas, ahora tengo que vengar a mi patria que es mi segunda madre, y para ello me iré al monte”.
No tardó en reunir a varios jóvenes del pueblo, y tales debieron ser las hazañas que llevó a cabo, que los franceses pusieron precio a su cabeza. Hizo verdaderas heroicidades en las provincias de Toledo y Guadalajara. Se dice que él solo mató a sesenta y siete franceses.
Al terminar la guerra rechazó el empleo de Coronel y sólo aceptó 10.000 reales que empleó en arreglar sus tierras en Argés.
